Sábado 27 de junio a las 5 h 50 minutos de la mañana. Como siempre y ya van nosecuantasveces, me levanto antes de que el despertador suene. Como siempre también, llevo un buen rato despierto oyendo a mi mujer dormir placidamente y a mi hija hablar en sueños.
Me levanto y comienzo con los movimientos habituales: tapo a mi hija Sara que como siempre esta destapada del todo, meo tranquilamente y finalmente voy a la sala para ver que tiempo tenemos. Noche oscura o casi oscura pero no parece que el cielo este muy descubierto, ¡solo falta que nos llueva!
Desayuno lo habitual mas un arroz con leche (que hice ayer y que me ha quedado de muerte) lo mas sigilosamente que puedo, y vuelvo a la sala a ver otra vez la mañana que tenemos. Ya esta algo mas claro y parece que no pinta mal, menos mal…
Ya mas contento me preparo un bocata de queso con mermelada, pillo un puñado de barritas, lleno el bidón de agua y me voy a vestir. Salgo por la puerta de puntillas para no despertar a la familia y me voy hasta el ascensor rozando con todas las esquinas del pasillo de mi planta ya que llevo los bolsillos del maillot a tope. Exactamente llevo encima:
* 8 barritas energéticas varias
* cartera y móvil
* 50 euros en monedas de 1 euro para tener cambios para la inscripción
* Chubasquero fino por si hace tanto frió como el año pasado
* 1 bocata de queso con mermelada
* 1 cámara de fotos compacta
Bajo al trastero y tras inflar las ruedas a 8 Kg. compruebo que no me falta nada, me pongo el casco, las gafas, los zapatos y los cubrezapatos y salgo por la rampa del garaje.
Como dice la canción de Alaska: “La calle desierta noche ideal…”, ni Dios por la calle. Enfilo por Pablo Ruiz Picasso hacia el puente del tercer milenio, y ya a la altura de la Torre del Agua empiezo a ver a varios satélites en un lamentable y etílico estado con los faldones de las camisas por fuera de sus pantalones de pinzas y las americanas desabrochadas. Unos metros más hay otro grupo de tíos y todavía un poco por detrás otro con tíos igual y chicas descalzas con vestidos de noche realmente sucios. Me empiezo a preguntar si realmente estoy en Zaragoza y no en California tras el baile de graduación cuando pienso que seguro que todos estos salen de alguna fiesta de paso del ecuador de la facultad de vete tu a saber.
Dejo atrás la sección alcohólica y tras pasar el puente y la calle Rioja veo al fondo a otro ciclista. Lo voy pillando y reconozco a Sebastián Lozano, que como yo va al Hotel Romareda para las 7 A.M. y estar allí para que las inscripciones vaya bien. Le digo a Sebas si no va muy ligero de ropa, a lo que él me responde que si no seré yo el que va muy abrigado.
Con esta conversación y alguna otra llegamos al hotel donde ya están los Del Pico Brother’s y Andrés, pero falta mi organizador de brevets favorito: Julián. Comentamos que le tiene que caer un chorreo bueno por llegar tarde cuando en esto llega él y nos organiza a todos.
A partir de ese momento tranquilamente va llegando gente a la que inscribimos, nos da tiempo a echar una meada, comentamos que ya empieza a haber un poco de aire y que además es Cierzo con los que tras el almuerzo nos dará de cara, volvemos a inscribir a la gente que todavía viene tranquilamente hasta que a falta de 15 minutos para las 8 A.M. viene la gran oleada de golpe y ya no podemos ni respirar. Cuando faltan 5 minutos para salir los que vamos disfrazados de romanos nos preparamos y los Del Pico brother’s terminan con la labor de las inscripciones. Salimos todos a la explanada al lado del hotel y veo que “semos un gomollon de gente”. Tras las instrucciones de rigor por parte de Julián (bajadas peligrosas, sitios para picar algo, etc., etc.), nos hacemos 4 ó 5 fotos y salimos todos juntos de la explanada dejando flipados a varios conductores que no saben de donde viene tanto marciano. (Finalmente supongo que puede haber cerca de 60 inscritos, pero en total somos 105 personas humanas: 102 elementos del sexo masculino y 3 elementas del sexo femenino)
La salida de Zaragoza la hacemos todos juntos bastante tranquilos ya que vamos por el tercer cinturón (una vía que suele tener mucho trafico pero que a esas horas esta poco transitada) ocupando un solo carril y dejando el otro libre para el resto de vehículos, hasta la facultad de Veterinaria y ya allí enfilamos la carretera de Castellón. Le he dicho a Juli que iba a ser el ultimo para asegurarme de que nadie se pierda en la salida, y en esto se me acerca un marciano de un club de esta ciudad en la que vivo y me dice que “…el otro dia le lllame a Julian por que me dijeron que ya habia inscritos 700 corredores, y en ese caso nos tenemos que organizar para la comida durante la prueba…”(¡!). Yo alucinando por momentos y pensando si en todo el pais habra tantas personas que se dediquen a esto. Le digo que me tengo que quedar el ultimo para comprobar que nadie se quede y me escaqueo por si le da por pegar la hebra.
Continuara...
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