miércoles, 9 de septiembre de 2009

Día 2: De las 08 h del jueves 20 a las 03 h del viernes 21:


No duermo del todo mal habida cuenta de nuestro estado de cansancio y a las 7 h de la mañana nos levantamos.

Estamos en el control cuando vemos a Sergio que esta de vacaciones aquí en Asturias y que nos acompañara durante todo el día justo hasta volver aquí a Cangas. Salimos del control y bajamos a Arriondas donde vamos buscando un sitio donde poder desayunar tranquilos. Desayunamos en un bar del pueblo cada uno dos bocadillos y un refresco. Luego el café de costumbre y a la carretera dirección Gijón. Esta carretera es un rollo ya que tiene mucho tráfico y poco arcen, pero poco a poco vamos haciendo kilómetros. Sin mucho mas que contar estamos muy cerca de Gijón cuando un trastornado de un club asturiano nos sale al encuentro y nos tacha de locos y de zumbados por nuestro atrevimiento. Finalmente nos deja justo cuando pasamos por una tienda de bicis, momento que Juli aprovecha para comprar un nuevo cuentaKm, ya que el suyo lo perdió en la bacheada bajada de la Pela. Seguimos y tras subir y bajar el alto de la madera llegamos a Gijón (Km. 610) sobre las 12 h del mediodía. Prefiero ni contar el lío de calles que tenemos que pasar para llegar al control, pero al fin llegamos. Comemos, nos duchamos y estamos en el control durante 3 horas, y a las 15 h del jueves 20 de agosto salimos de vuelta hacia Algete.

A los 300 mts de salir Sergio y yo observamos como un italiano que va como nosotros dirección Algete mira el culo a una asturiana pasando de todo y sin reparar en el tráfico. 100 mts después, un autobús urbano casi le pasa por encima. Al tío no se le ocurrió otra cosa que meterse en la trayectoria del bus y si a esto le sumamos que el autobusero era un macarra de cuidado, estamos a escasas décimas de segundo de ver una muerte en directo. Lo mejor de todo es que el “macarróni” casi ni se entero, pero el corazón de Sergio casi se le salía por la boca. En mi caso quizás fuera por el cansancio, pero me daba exactamente igual que le pasara por encima el autobús que me sacaran otro plato de macarrones, estaba como anestesiado.

Justo tras esta aventura Julián pincha por cuarta vez (no recuerdo cuando ni donde, pero se que pincho cuatro veces, y Andrés dos). Reparamos el pinchazo entre la sarta de juramentos de Julián y seguimos saliendo de Gijón.

Salimos de Gijón sin problemas gracias a la buena orientación de Sergio y subimos el alto de la madera con el cielo bien cubierto. Andrés me dice que nos vamos a mojar mientras yo le respondo que es muy típico tener el cielo así de cubierto durante horas y que no caiga una sola gota. Cinco Km. después y para dejar alto el pabellón del experto climatólogo del norte (yo claro….), justo cuando estamos en el alto comienza a chispear. Andrés para justo en la casa del alto y apoya en ella la bici para ponerse el chubasquero. En ese momento llega un coche que le dice si se puede apartar para aparcar, y justo después llega otro. Esta Andrés en ese trabajo cuando un satélite baja del coche y le dice: “¡ya esta bien!, la casa es mía, a ver si te quitas para que pueda aparcar, que siempre estáis igual, me tenéis harto…” etc., etc. Finalmente Andrés se va y le dice algo al tío, pero no consigo entender que es.

En la bajada nos ponemos como cerdos del agua que nos cae, y ya estamos bien mojados para todo el día. A pesar de estar bien mojados el agua sigue cayendo y así seguimos hasta mitad de camino a Cangas donde para de llover. Yo insisto en comer algo a mitad de camino, ya que son mas de las 17 h, y tanto insisto que paramos y nos metemos un café con leche con sobaos gigantescos. Aprovechamos el bar y que el dueño se enrolla bien para ponernos periódicos secos en el pecho y seguimos hacia Cangas. Llegamos a Arriondas casi secos (el cuerpo por lo menos) cuando de repente empieza a caer toda el agua del mundo, y en esos 12 Km. hasta Cangas otra vez nos ponemos como gorilas de lo mojados que estamos. Para terminar de rematarlo, al llegar a Cangas el agua arrecia y llegamos bien ensopados al control de Cangas (Km. 690) sobre las 18 h.

Andrés ya venia diciendo que no quería subir el puerto y bajar por el otro lado mojado y pasar frío. El peque también esta bastante harto y se le une, y Julián dice que según como este al otro lado. Dice que si esta seco por el lado leones sube, pero si esta mojado se queda. Yo les anuncio mi intención de seguir, así que voy a merendar y subir el puerto para ir a dormir a Cistierna. En el control esta Mari Feli que se ofrece a llevarnos las bolsas, y finalmente Andrés se la da y esta le deja un goretex para que no pase frío.

Al final a eso de las 19 h 30 del jueves 20 de agosto hay quórum y todos dicen que siguen y salimos dirección Cistierna ya con los chalecos reflectantes puestos (esta el día muy oscuro). Vamos subiendo los falsos llanos inicialmente bajo la lluvia y luego con un cielo bastante despejado, con lo que vamos secándonos. Llegamos al pueblo que esta a 9 Km. de la cima(Es el pueblo después de Ribota) y paramos a descansar y cenar un bocata a eso de las 22h 45 mas o menos y en ese momento me llama Pepe. Me pregunta que donde estamos y resulta que estamos todos en el mismo pueblo. Parece ser que Eloy venia algo por detrás y le dijo que le pidiera una sopa para cenar, pero se lo ha tragado la tierra y lleva esperándolo casi una hora. Finalmente subimos juntos un buen tramo del puerto y en los últimos 5 Km. vuelve a haber una niebla meona que nos empapa a todos de arriba abajo. Personalmente toda la subida iba muy bien, pero estos últimos 5 Km. se me hacen muy largos y duros. Al final cada uno vamos por nuestro lado aunque en poco espacio. En la cima del puerto (Km. 735) nos esperamos todos y bajamos poco a poco. La bajada esta seca después de los 2 ó 3 primeros kilómetros, y seguimos para abajo sin problemas. Después de Riaño, seguimos hasta la pared del embalse y bajamos bastante bien hasta Cistierna (Km. 788), donde llegamos sobre las 02 h de la mañana del viernes 21 de agosto.

En Cistierna el control esta a tope de gente, incluso la gente duerme en los pasillos y solo hay café y sobaos para comer. Nos tomamos un café con sobaos y a dormir un rato. Entramos Juli y yo con la linterna en el pabellón donde están las colchonetas, y solo hay una libre al lado de pepe que le dejo a Juli. Yo me echo en un banco y cada rato enciendo la linterna para ver si alguien se va. A los 45 minutos el tío que esta a mi lado se va y me tiro en plancha a la colchoneta a dormir. Me pongo en pelotas de cintura para abajo para airear los países bajos y me tapo con la manta térmica por encima. Duermo muy caliente aunque a ratos. A la hora de estar en la colchoneta Andrés que como no lleva la bolsa no tiene nada para cambiarse y esta muerto de frío, me dice que si nos vamos. Le digo que necesito dormir una rato más y él se va con sus amigos catalanes con los que hizo la prueba de 1.000 Km.

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