miércoles, 9 de septiembre de 2009

Día 3: de las 07 h del 21 de agosto hasta las 23 h del 21 de agosto:


Tras unas tres horas tumbado y calculo que unas dos dormido, juli me da un toque (estaba medio despierto) y Mitxel también sale. Tardamos un buen rato en prepararnos y yo soy el culpable del retraso, ya que voy a cámara lenta. Finalmente sobre las 07 h del viernes 21 de Agosto salimos de Cistierna. Hace fresco pero se ve que el día va a ser calentito. Vamos subiendo repechos camino de Guardo(los del 10 % de bajar y subir), y tras parar a desayunar en un barrio cerca de Guardo, seguimos adelante. Pasamos Guardo y en un pueblo a eso de las 10 h paramos a almorzar. Nos encontramos a Mikel y Iosu en el bar y almorzamos con ellos. Salimos del pueblo todos juntos y cogemos a un salamantino. Vamos haciendo rueda a mas o menos 30 Km. /h hasta llegar a Saldaña y luego a Carrión de los Condes (Km. 883). En Carrión el grupo se rompe al entrar debido a una salida de cadena y nos perdemos entre nosotros, pero al salir del pueblo volvemos a encontrarnos y otra vez en grupo hasta Fromista (Km. 901).

Sellamos con un calor tremendo pero con un voluntario que tanto al ir como ahora al volver se desvive por nosotros. Tras comer un poco y darle las gracias por el melón que nos ofrece nos vamos a comer. Mi menú esta vez es algo más ligero que en la ida: alubias blancas, huevos fritos con patatas fritas y arroz con leche. Hay que decir que me sentó de maravilla, todavía mejor que a la ida. Otra vez con pocas ganas debido al calor volvemos a la carretera. Vamos haciendo camino, pero en la rotonda de salida de Astudillo nos dicen que las obras por las que se desvió la prueba han terminado durante el día anterior. No nos lo pensamos y arreamos rectos para evitar la encerrona del puerto que nos chupamos al ir a Gijón, y esta vez la jugada nos sale bien. La única pega para mis compañeros Julián y Mitxel es que en la rotonda que citaba antes nos encontramos con un personaje fantasmagórico todo él con la cara blanca de crema de protección solar y que no habla ni papa de español: Es mi amigo Carl, un ingles de Yorshire que va sobre una bicicleta infernal plegable con ruedas de 20” que pesa un huevo(Yo calculo unos 16 ó 18 Kilos: cuadro de cromoly que vi lo que pesaba en el control de Ayllón al moverlo para coger ropa de mi bolsa). Yo le digo en mi ingles macarruzo que no haga caso al GPS que lleva, que si se viene con nosotros se ahorrara un poco de esfuerzo y unos kilómetros. Al final se viene y poco a poco me cuenta que trabaja en una empresa de ordenadores de jefe de ¿?(mi ingles es limitado, pero me pareció entender que comercial o algo así), que tiene tres hijos, el mayor de 20 y pico y el pequeño de 7 años, que ha hecho tres Paris-Brest y si no me equivoco, también una Perth-Adelaida-Perth, una Boston-Montreal-Boston y una prueba similar que es la Sofía-Varna-Sofía(si ha hecho todo eso con la mierda de bici que lleva es mi ídolo).

Con semejante currículo casi le miro con respeto y todo pese a su pinta de drácula con tanta crema. Tras todo esta conversación salpicada de montones de “perdona no te he entendido” por mi parte, llegamos a Torquemada. Julián dice que necesita dormir 10 minutos y cuando se esta tumbando para hacerlo aparecen Iosu y Mikel. Iosu lleva los pies como botijos, y todo esto que cuento a continuación sucede simultáneamente:
Iosu pone a remojo en la fuente del pueblo.
Un lugareño setentón nos toca los cojones con sus aventuras de cuando era joven indicándonos por donde iba de noche a las verbenas o algo así.
Carl con el móvil le hace fotos a Iosu alucinado de verlo en esa situación mientras pasa del abuelo que le habla a él de sus aventuras.
Julián se caga en todo y dice que así no juega más al fútbol con nosotros, que el solo quiere dormir.
Al final de toda la escena llega el autobús que el abuelo esperaba junto con otras dos marujas, se van y nos deja en paz.

Una vez llegados a este punto decidimos que no queremos filmar ninguna escena de película de Almodóvar así que decidimos seguir, pero no recuerdo por que Iosu y Mikel no se vienen con nosotros y vamos devorando kilómetros quedándose el inglesito en cada subida debido a sus flojas piernas o a lo que pesa el trasto de bici que lleva. Tras varias subidas y recalentados, paramos antes de tortoles, nos cascamos una coca-cola y otra vez para adelante hasta el control de Tortoles de Esgueva (Km. 993). En el mismo nos sorprenden con elementos variados de ensalada que cada uno puede mezclar a su gusto, y nosotros nos metemos una ensalada de pasta. Mientras nosotros le damos a la pasta Carl se enchufa tres platos de “broza” variada en los que abundaban la cebolla y el apio (como para darle un beso tornillo al colega….). Luego al pagar le dice a la del garito que ha comido solo 1 plato, no saben nada estos ingleses…

Tras el descanso de rigor otra vez para adelante, pero esta vez noto como en dirección Aranda el aire nos ayuda algo y el camino se hace más llevadero. Pasamos Aranda bien por los pelos, ya que cuando nos pasábamos el desvío nos avisaron. Tras Aranda paramos en el pueblo de después para tomar un refresquito y nuevamente para delante a ver si llegamos a Ayllón para poder descansar. Antes de salir nos colocamos los chalecos reflectantes, y a la salida del pueblo paro a mear. Me alcanza Carl, y cuando comenzamos a rodar de repente el colega le da a un botón y su bici empieza a hacer ruidos como el coche de regreso al futuro hasta que, mientras yo observo alucinado y con la boca abierta, de repente sus luces delantera y trasera comienzan a lucir. Sin nada que decir debido al susto que llevo encima (parecía que estábamos en el ciberespacio de La guerra de las galaxias), rodamos un buen rato hasta que va anocheciendo, y cuando tras ver en varios carteles que no queda mucho para el pueblo y según nuestros cálculos estamos a 5 Km. de Ayllón, aparece un cartel que indica Ayllón 12 Km. Nos cagamos en todo y rezamos para que sea un error, pero finalmente nos chupamos unos 14 Km. hasta Ayllón (Km. 1.074) donde creo que llegamos sobre las 23 h del viernes 21 de agosto.

Nos reciben en el control con aplausos y nos tratan como a señores de verdad. Tras el sellado cenamos una ración generosa de ensalada de pasta y con un café y algo mas nos vamos al pabellón para ducharnos y dormir unas tres horas. Quedamos con Carl que a las 03h 30 de la mañana arriba y tras la ducha y limpiarme los dientes(que placer de los dioses notar los dientes limpios)me voy al sobre donde me tumbo en pelota picada tapándome la tripa solo con un edredón debido al calorazo que hace en el pabellón de deportes. A mi izquierda esta Julián al que veo que se ha puesto la camiseta térmica de manga larga (¿?) y que de vez en cuando suelta unos pedos demoledores (por lo menos el ruido así lo demuestra), y a mi izquierda esta el peque que se ha abrazado a la almohada y el cochino cabrón duerme a pierna suelta todo el rato, ¡que envidia! Yo calculo que de las tres horas apenas dormí la mitad, pero aunque no se duerma también se descansa, eso es cierto.

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