martes, 6 de abril de 2010

Cronica(y II)

Hola a todos:
Os pongo el resto de la cronica de la brevet de 200 Km, y como se que soy un aburrido, os intercalo en el texto alguna foto para que os anime tanta letra...

...En la parte que va desde el cementerio hacia abajo en el tercer cinturón, se ve a todo el grupo perfectamente y la imagen de 100 tíos en bici es tremenda. Los coches nos pitan, mas para poder pasar que por simpatía. Hacemos un pequeño tramo por la salida de la autoría y en este punto veo al coletas que se ha parado en el arcen y justo después me viene Javier del Pico con su coche y me dice que Francisco se ha dejado la cartera en la inscripción (además de distraerme en la inscripción con preguntas sobre los puntos de sellado justo cuando mas gente había, el tío se olvida la cartera, ¡madre mía!). Quedamos que la cogere un poco mas adelante como así hago y justo después cogemos la vía de servicio que ocupamos por completo y ya no abandonamos hasta la Cartuja Baja en la salida a la carretera que va hacia Valmadrid (Km. 12).

A partir de aquí el tema podría haberse relajado un tanto ya que aquí no hay trafico, pero la gente tiene prisa y ya nos llevan con un ritmo cuartelero que empieza a fastidiar, mas que nada por que hay una buena subida que siempre se me atasca. Tras terminar la subida el grupo empieza a cortarse y aprieto un poco para no quedarme y poder ir abrigado del aire que ya empieza a pegar.


Ya se han hecho varios grupos durante la subida, y en el mío ahora rodamos en una carretera en la que el aire entra por el lado derecho, y veo que poco a poco la gente empieza a hacer un largo abanico que ocupa ambos carriles. Este tramo tiene curvas muy amplias en las que ves venir a los coches, pero mas arriba ya hay mas peligro, y por ello abro otro abanico detrás del que esta hecho en mi grupo y así poder ocupar solo el carril de subida, pero no tengo mucho éxito y ruedo un rato casi solo.

A estas alturas, entre el aire que pega bien, el fresco de la mañana y el catarro que tengo encima llevo las narices bien llenas. En la mejor tradición cicloturista me sueno sin pañuelo y lo que sale de las narices no son mocos, son anacondas: largas gruesas y hermosas. Tras aligerar de peso mi apéndice nasal subo mi velocidad unos 5 Km/h por lo menos y veo que poco a poco los bríos de la gente se van calmando.

A pesar de todo el abanico sigue entrando en el otro carril y el viento sigue dando bien, y como los que vamos del club vemos que hay gente que falta como por ejemplo Julián y Pepe, paramos en Valmadrid y esperamos a los rezagados. Nos da tiempo a mear mientras llegan, y una vez todos juntos y tras dar tiempo a los recién llegados a aliviarse, partimos de nuevo hacia el alto. Subimos unos 15 más o menos ke pin, ke pan y casi al final me adelanto un poco para echar alguna foto. (Ahora que escribo la crónica puedo decir que muchas no salieron o salieron mal y no se por que, pero creo que es algún problema mío, seguro…)

Entre los integrantes del grupo están entre otros el peque, al que hace un montón de tiempo que no veo, José Mari Soria que ha venido de Madrid para hacer la brevet, Oscar que ha venido de Tarragona y luego ya los habituales del club

Tras subir al alto (Km. 38), bajamos sin parar y cada uno va más o menos rápido según le apetezca. El asfalto es muy malo y con bastante grava suelta en las curvas, pero llegamos a la puebla de alborton (Km. 48) sin más novedades sobre las 10 y pico de la mañana.

Sellamos y tras comer una triste barrita (no me dan tiempo ni a comerme el bocata de queso) seguimos con un viento de costado muy fuerte. Este tramo siempre es muy malo por el aire, y vamos aflojando el ritmo con el que hemos salido para ir pausándolo un poco y permitir la marcha a todos juntos. Llegamos al cruce con la carretera que va a Belchite y tras girar, el aire ahora nos de de culo y en bajada. Sin pedalear y con el asfalto tan fino, me tumbo sobre el manillar y llego a los 80 Km./h. Cada uno va como quiere en esta cuesta a favor y con bromas varias sobre todo lo comentable llegamos a Belchite (Km. 65).

Tras pasar Belchite comienza el sube baja con viento que a veces nos favorece con lo que vamos bastante ligeros. En alguna rampa incluso vamos demasiado rápidos y se descuelga alguien, con lo que vamos aflojando el ritmo de vez en cuando hasta llegar a Lecera (Km. 77). Desde aquí el terreno empieza a subir sin descanso, así que vamos a trabajar a conciencia. Aquí en Lecera nos pasa un grupo de 4 ciclistas del Zarabici en el que todos están muy pendientes de uno de los cuatro. Tras superarnos inicialmente y dejarnos, les vamos recortando la distancia hasta que al final los alcanzamos y vamos chupando rueda (¡¡¡por una vez no tenemos que trabajar nosotros!!!). Yo voy detrás del importante del grupo de los Zarabicis y voy negro ya que se mueve más que la compresa de una coja y estoy varias veces a punto de hacer el afilador. Decido dejarle entre medio y un metro como mínimo entre su rueda y la mía, y seguimos para adelante igual hasta que en el cruce de la carretera que va hacia Moneva y Moyuela nos paramos a esperar a los que se han descolgado y han hecho un segundo grupo tras el nuestro (yo ni me había enterado). Aprovecho para comerme el bocata de queso ya que tengo algo de hambre y para volver a vaciar la vejiga.


Mientras esperamos, me dicen que el que iba delante de mí era Santamaría, famoso triatleta de Zaragoza al que solo conocía de oídas. Pues ahora ya lo conozco, aunque sea por detrás y rodando con aire.

Llegan los del segundo grupo y tras volver a mear (como ya hemos hecho nosotros) volvemos a arrancar. El terreno ahora si que sube así que tranquilos vamos subiendo ke pin ke pan hasta al pasar por Moneva pincho. Cambiamos la cámara y le damos aire a la rueda con la bomba, pero como peso mucho hay que meter bastante presión y eso cuesta bastante. Al final la rueda tiene bastante presión así que tiramos de nuevo hacia delante. Seguimos al tran tran, y tras subir hasta el cielo casi, llega la pronunciada bajada que nos dice que estamos en Moyuela (Km. 103). Son aprox. las 12 y pico de la mañana ya y tengo hambre.

Aquí según llegamos les pregunto a los valencianos (que llevan coche de apoyo) si tienen una bomba de pie para hinchar bien la rueda, pero no la han traído(con coche y sin bomba de pie, ¡vamos!...). Como no se puede hacer nada dejo la rueda tal y como esta, y como tenemos apalabrado el almuerzo según llegamos nos sentamos y a esperar. Mientras llegan los platos rellenamos bidones, charlamos, le damos al vino con gaseosa (en mi caso gaseosa con poco vino) y comemos los platos de jamón que nos ponen junto con el pan que ya estaba en la mesa. También recordamos el frío que hacia el año pasado y comentamos como tras almorzar el padre del peque se puso con el coche delante del grupo para ayudarnos un poco debido al vendaval que había.
A estas alturas Julián comienza con sus problemas gástricos por lo que nos abandona a favor de su amigo Roca. Tras volver nos explica que Roca no ha quedado muy contento de sus evoluciones, pero que dado su estado cree que tendrá que volver a visitarlo mas adelante.
En esto llegan los platos y atacamos sin piedad a los huevos fritos el chorizo y la longaniza. Después pasamos al café, pero dada mi dieta sin café de este ultimo mes, yo me pido un Cola Cao como mi hija (Raúl me escucha y también me secunda). Hacemos cuentas, pagamos y vamos saliendo a coger las bicis. Aprovecho para hacer alguna foto y arrancamos poco a poco a las 13h 30’ aprox.

Ahora somos un montón (hay muchos del C.C. Actur) y como el viento nos va dando a favor y hay solecito, aprovechamos para charlar tranquilamente mientras rodamos hasta llegar a Azuara. Se nota que tenemos la tripa llena ya que al llegar a Moyuela todos estábamos más callados, mientras que ahora se oye una cháchara de nivel aceptable. A partir de aquí el terreno vuelve a subir hasta Herrera y volvemos a la marcha del caracol. En este tramo lo único reseñable son los comentarios verdes que aparecen en el grupo y un pinchazo que nos viene muy bien para descansar. Durante este descanso vuelvo a hacer fotos y en el grupo que estamos (Julián, Carlos, Raúl, Oscar, y algún otro) hay guasa debido al grupillo que han hecho los integrantes del C.C. Actur alrededor del que ha pinchado. Aunque yo no me he enterado me dicen que en el bar de Moyuela dos hermanos de ese club han estado a punto de zumbarse debido al enfado que tenían el uno con el otro y el otro con el uno.

Tras retomar la marcha, el grupo vuelve a romperse antes de llegar a Herrera de los Navarros (Km. 141) donde quedamos solo los del club(los Actur se quedan allí a esperarse y tomar algo). Esperamos a los rezagados y vamos subiendo y llaneando hasta el alto del puerto de Aguilon, desde donde nos lanzamos hacia Aguilon pueblo (Km. 154), donde sellaremos por última vez. Mientras bajamos el puerto pienso para mi que a diferencia de los pros, nosotros vamos varios y cada uno traza las curvas por donde quiere, mientras que ellos van todos en fila de a uno y por donde va el primero van los demas disciplinadamente( y por algo sera digo yo…).
Llegamos a Aguilon sobre las 16 h. y este año nos pedimos un refresco. El año pasado nos pedimos un café con leche bien caliente para poder entrar en calor debido al viento y a la nieve que nos caía mientras bajábamos el puerto, mientras que ahora nos bebemos el refresco y comemos varias barritas. Julián debe visitar a Roca de nuevo y nosotros descansamos y charlamos mientras bebemos el refresquito, rellenamos bidones y nos deshuevamos con los problemas de todos para subir las escaleras para ir al baño (con las calas de los zapatos, parecemos patos).

Salimos del pueblo y seguimos bajando dejándonos caer. Tras la bajada reagrupamos y seguimos hasta llegar a Villanueva. A partir de aquí hay varios repechos que sientan muy bien con los kilómetros que llevamos encima, y además el asfalto esta que da pena. Seguimos ke pin ke pan y tras subir los repechos y esperarnos llegamos a la última cuesta dura del día: el alto de Mezalocha. Empezamos tranquilos, pero entre que uno aprieta y el otro responde terminamos rápido en el alto donde esperamos a todos. Bajamos el puerto con algún susto psicológico en la salida de la gravera, ya que hay un montón de grava en el suelo y cuando bajas a 60 Km./h cuando lo pasas aunque la bici no se cantee, te llevas un buen susto pensando en lo que podía haber pasado(por lo menos yo).

Desde este punto hasta Muel (Km. 177) se rueda ligeros, y tras salir a la general dirección Zaragoza cogemos una marcha buena para llegar en poco rato a Zaragoza. Justo entonces comienza nuestro vía crucis particular. Viene con nosotros un ciclista de Barcelona que pincha en ese momento. Paramos para reparar y vemos que no es capaz ni de sacar la cubierta de la rueda para cambiar la cámara. Visto el panorama, le ayudamos y vemos que el fondo de llanta de la rueda esta hecho una mierda. Nos dice que ya ha pinchado dos veces y que vaya mala suerte que tiene. La rueda debe ser del jurasico o cretácico por lo menos, y los comentarios que se oyen es que entre que el material es viejo y que se ve que no esta bien cuidado, que peligro que tiene esa bici.

Tras reparar el pinchazo retomamos la marcha y entre Botorrita y Cadrete el individuo en cuestión pincha otras tres veces. En el pinchazo nº3 en Maria de Huerva, yo compro cinta aislante en la gasolinera para ponerla como fondo de llanta por si acaso, y el resto aprovechan para beber, comer y descansar. Finalmente en el cuarto pinchazo algo después de Cadrete, vemos que la cubierta tenia un cristal que pinchaba las cámaras y que no se veia.
Ya hasta el sol esta bajando y volvemos a decir que empieza a refrescar, y con la resignación de quien ha perdido 1 hora o mas con tanto pinchazo, entramos en Zaragoza. Por supuesto en todo este tiempo nos han pasado hasta los caracoles de las cunetas y ya somos el furgón escoba de la brevet.

Hacemos un recorrido turístico por las calles para evitar las obras del y llegamos al Hotel Romareda sobre las 18 h. Nos hacemos un par de fotos todos los del grupo que hemos llegado y tras las despedidas y las citas para la de 300, cada uno se va a su casita.

Me voy a casa con Julián y el peque, y por el camino quedamos para salir al día siguiente y soltar un poco las piernas.

Pues eso es lo que dio de si la brevet. Adios...

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